Reino Unido acaba de abrir una consulta pública que podría transformar por completo cómo se gravan las apuestas y los juegos online.
El tesoro británico ha lanzado una propuesta para reemplazar los tres impuestos actuales al juego remoto con un único Impuesto a la Apuesta y Juego Remoto (Remote Betting and Gaming Duty, RBGD). Según las autoridades, la idea es simplificar la administración y reflejar mejor cómo se han fusionado las apuestas y el juego en el entorno digital. Pero, sin una tasa definida y con la mira puesta en octubre de 2027, lo que parece una solución simple podría alterar todo el panorama para operadores, proveedores y sectores como las carreras de caballos.
¿Es Hora de Eliminar el Sistema Triple de Impuestos al Juego en Reino Unido?
Cualquier operador que administre apuestas deportivas, juegos de casino y productos tipo pool online dirá lo mismo: los tres gravámenes actuales ya no reflejan cómo funciona el negocio ni cómo juegan los usuarios. Hoy, los jugadores se mueven con total fluidez entre productos, a menudo en una sola sesión. Un momento están girando los carretes en las tragamonedas y, al siguiente, apostando en vivo al próximo goleador de un partido de fútbol, todo dentro de la misma app. Sin embargo, el sistema fiscal aún divide estas actividades en categorías separadas.
Actualmente, los operadores online deben cumplir con tres impuestos distintos: el Remote Gaming Duty (Impuesto al Juego Remoto) del 21 % para juegos de casino online, el General Betting Duty (Impuesto General a las Apuestas) del 15 % para apuestas deportivas de cuota fija, y el Pool Betting Duty (Impuesto a las Apuestas por Pool), también del 15 %, para apuestas tipo “tote”. Esta distinción no es solo técnica para los operadores modernos que ofrecen múltiples productos en una misma plataforma digital. Es costosa, engorrosa y cada vez más ajena a la realidad de consumo de los usuarios.
Ese es el contexto de la nueva reforma propuesta por el tesoro británico: un solo impuesto remoto de apuestas y juegos (RBGD) que reemplazaría a los tres actuales. En su documento de consulta de abril de 2025, el gobierno plantea esta medida como un paso hacia la simplificación, alineado con la convergencia digital de las modalidades de juego, y orientado a reducir la carga administrativa.
Lo que Falta es el Número… ¡Y eso lo Cambia Todo!
Según estimaciones oficiales, el juego remoto ya representa cerca del 44 % de los ingresos totales por apuestas en Reino Unido. Pero aún no se ha revelado la tasa de este nuevo impuesto, y ahí es donde la situación se vuelve interesante. Para algunos operadores, podría representar un alivio. Para otros, significaría replantear por completo su enfoque de productos, rentabilidad y estrategia a largo plazo. Con la consulta abierta hasta el 21 de julio de 2025, las verdaderas negociaciones apenas comienzan.
Como era de esperarse, quienes más tienen que perder ya están marcando su posición, y la reacción no ha tardado en llegar. El Betting and Gaming Council, que representa a la mayoría de los operadores con licencia en el Reino Unido, ha reaccionado con fuerza. “Esta propuesta no podría llegar en el peor momento para las carreras”, afirmó Grainne Hurst, directora ejecutiva del BGC, en declaraciones al diario The Sun, quien agregó que "podría desestabilizar aún más a un sector que aporta más de 350 millones de libras al año a las carreras británicas".
Y su preocupación no es solo retórica. Para los operadores centrados en las apuestas deportivas, especialmente aquellos con márgenes ajustados, un aumento en la tasa efectiva podría alterar por completo la economía del sector, reduciendo el número de carreras, ajustando las promociones y disminuyendo los fondos que se reinvierten en el deporte. Según la British Horseracing Authority, el organismo regulador de las carreras de caballos en el Reino Unido, esto podría traducirse en recortes de premios, pérdida de empleos y una debilitación del ecosistema que sustenta más de 85.000 puestos laborales.
Por su parte, los funcionarios del tesoro británico no se echan atrás. Según indican, el objetivo no es aumentar los impuestos, sino modernizar el sistema. En su documento de abril, el gobierno argumentó que un impuesto único “refleja la naturaleza actual de los productos del juego remoto y promueve la equidad entre las distintas actividades de apuestas y juegos”.
Este debate ha dejado en evidencia el peso político que aún tienen las carreras, pero también ha expuesto las tensiones comerciales del sector. Y con la consulta abierta, es probable que estas sean solo las primeras escaramuzas de una reforma que podría marcar un antes y un después en la regulación del juego británico.
Operadores, Carreras y Riesgo: ¿Qué Está Realmente en Juego?

Aunque la tasa del nuevo RBGD sigue siendo una incógnita, sus implicaciones ya están generando movimientos en la industria.
Para los operadores de casino online, hay un optimismo moderado. Si la nueva tasa resulta inferior al 21 % actual del Remote Gaming Duty (Impuesto al Juego Remoto), podría significar un alivio financiero. En cambio, los sportsbooks se preparan para lo peor: un incremento desde el 15 % actual del General Betting Duty (Impuesto General a las Apuestas) podría presionar aún más unos márgenes que ya son reducidos, forzando ajustes de productos y estrategias.
Además, el sector de las carreras hípicas —profundamente ligado a los ingresos por apuestas— muestra una especial inquietud. Gran parte de su financiación proviene del Levy legal, un impuesto obligatorio que los operadores de apuestas deben pagar para financiar la industria hípica, vinculado directamente a los ingresos fiscales por apuestas. Cualquier redistribución o reducción de esos fondos podría afectar la premiación, el calendario de eventos y el sustento de miles de trabajadores en esta industria.
Y luego está el impacto sobre los jugadores. Una mayor carga impositiva suele traducirse en peores cuotas, menos promociones y una experiencia de usuario más limitada. Esto, a su vez, abre la puerta a un riesgo mayor. Tal como advirtió el consultor de apuestas Steve Donoughue, será el mercado negro el que “determine las futuras tasas impositivas”, advirtiendo que un aumento podría acelerar la migración de jugadores a plataformas offshore.
Con la consulta en marcha, los distintos actores del ecosistema están comenzando a expresar sus preocupaciones y expectativas. Las decisiones que se tomen en los próximos meses no solo impactarán el panorama financiero del juego en Reino Unido, sino también su competitividad global y su compromiso con el juego responsable.
¿Qué Sigue Ahora?
Con la consulta ya activa, la ventana de influencia está oficialmente abierta. Operadores, proveedores, asociaciones del sector e incluso el público tienen hasta el 21 de julio para enviar sus comentarios sobre la propuesta de impuesto único.
Pero lo que ocurra en este periodo no solo afectará la política fiscal, sino que también podría influir en decisiones de producto, prioridades comerciales y márgenes de rentabilidad. Tras recibir las respuestas, el tesoro británico revisará las propuestas y dará una respuesta en el Presupuesto de Otoño. Si la reforma avanza, se espera un proyecto de ley en 2026 y la implementación para octubre de 2027. Eso da a los operadores unos dos años para ajustar sus modelos o incluso replantearse su presencia en el mercado británico.
La Reforma Puede Ser Inevitable… ¿Está Preparada la Industria?
En la práctica, esto va más allá de un calendario legislativo: es una prueba para saber quién está realmente prestando atención. El silencio ahora podría reducir el margen de maniobra más adelante. Para una industria más acostumbrada a reaccionar que a anticiparse, este es un momento poco común para reflexionar antes de que las reglas queden completamente definidas.
Y si ahondamos un poco más, tal vez la verdadera pregunta no sea si Reino Unido necesita modernizar su sistema de impuestos al juego, pues pocos lo discutirían. La cuestión es si realmente está preparado para esa transformación.
Una tasa unificada puede facilitar la contabilidad, pero no aliviará las realidades comerciales ni las sensibilidades políticas que atraviesan a este sector.
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